Causas, Desarrollo y Apoyo Internacional en la Guerra Civil Española (1936-1939)

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La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Apoyo Internacional

Causas de la Guerra Civil

La Guerra Civil (1936-1939) fue el resultado de una combinación de factores que provocaron una profunda división de la sociedad española. Entre estos factores, destacan:

  • Desigualdades sociales: La marcada diferencia entre las clases sociales generaba un clima de tensión y descontento.
  • Radicalización ante la religión y el clero: La cuestión religiosa se convirtió en un elemento de confrontación ideológica.
  • Violenta confrontación de ideologías opuestas: El auge de ideologías como el fascismo, el comunismo y el anarquismo exacerbó las divisiones existentes.

La Sublevación Militar

La conspiración antirrepublicana estaba formada por un amplio sector del ejército que veía amenazados sus intereses corporativos, sus intereses de clase y su concepción tradicional de España y del orden social. Militares de alta graduación formaron una Junta Militar presidida por Sanjurjo, de la que formaban parte Goded, Franco, Mola, Fanjul, y más tarde se unieron Queipo de Llano y Cabanellas. El ejército se impuso como columna vertebral de la sublevación: tradicionalistas, falangistas y alfonsinos quedaron subordinados a él y, aunque la CEDA no se involucró, Gil-Robles estaba informado. Además, el asesinato de Calvo Sotelo, el 13 de julio, sería uno de los detonantes de la sublevación.

Inicio y Desarrollo del Conflicto

El 17 de julio se inició la rebelión militar en Melilla extendiéndose por todo el protectorado español en Marruecos. No triunfó en amplias zonas porque los golpistas se toparon con resistencia ofrecida tanto por partidos y sindicatos, como también por fuerzas policiales y militares leales a la República. El día 19, Franco aterrizó en Tetuán (desde Canarias) y se puso al frente de las tropas africanas, lo que le dio un inmenso poder, por ser las tropas mejor preparadas del ejército. Así, el día 21 el bando sublevado (que se llamó a sí mismo bando nacional) dominaba territorios entre los que se encuentran Canarias, Galicia, Álava, Navarra, Castilla La Vieja-León y las ciudades de Sevilla, Córdoba, Cádiz y Granada. Sin embargo, el golpe fracasó en regiones como Asturias, Vizcaya y Guipúzcoa (donde fue determinante la actitud del PNV), Cataluña, Levante y la mayor parte de Castilla la Nueva y Andalucía. En Madrid y Barcelona las organizaciones obreras, junto a las fuerzas del ejército y seguridad leales al régimen, reprimieron la sublevación tras violentos combates. De esta manera, el fallido golpe de Estado dividió España en dos zonas, comenzando la guerra.

La Quiebra del Estado y la Organización de los Bandos

Por otro lado, la sublevación militar produjo la quiebra del Estado, aunque algunas de sus instituciones funcionaran formalmente. Azaña seguía siendo presidente de la República y José Giral formó gobierno con partidos republicanos. Por su parte, las organizaciones obreras, que habían conseguido que el gobierno les proporcionara armas, eran las dueñas de la situación, y se organizaban a través de juntas y consejos recién constituidos. La organización militar quedó prácticamente desmantelada y su poder fue reemplazado por las milicias populares. Económicamente, los republicanos dominaban las grandes ciudades del país, las regiones industriales y mineras, y controlaban los recursos financieros.

En la España sublevada, no existió después del golpe un poder único. Cada general ejerció su autoridad con plena autonomía que no afectó a la estructura jerárquica y disciplinada del ejército. Militarmente, contaban también con numerosas milicias falangistas y carlistas o requetés. Así pues, la zona nacional apenas disponía del 20% de la producción industrial del país, aunque sí contaba con el 70% de los recursos agrícolas.

El Apoyo Internacional

Los dos bandos buscaron desde el principio apoyo internacional, recibiendo, sobre todo, armas y soldados. Con todo, la ayuda al bando sublevado fue más regular y cuantiosa. Francia y Gran Bretaña impulsaron una política de neutralidad y no injerencia; oficialmente se sumaron Alemania, Italia, Portugal, Bélgica y la URSS, formando el Comité de No-Intervención, que fue inoperante. Así pues, el bando republicano fue respaldado por México y la URSS. El apoyo de esta última en armamento y recursos fue fundamental y el gobierno lo pagó con el oro del Banco de España. Francia, por su parte, suministró armas de forma clandestina. Además, 60.000 voluntarios extranjeros lucharon en las Brigadas Internacionales, muchos de los cuales eran comunistas. Por otro lado, el bando sublevado recibió apoyo de la Alemania de Hitler (Legión Cóndor), la Italia de Mussolini y el Portugal de Salazar. Las dos primeras realizaron un aporte ingente sin que los “nacionales” tuvieran que pagar (o lo hicieron a crédito). También fue abastecido de abundante petróleo por la TEXACO y de camiones vendidos por General Motors y Ford, empresas estadounidenses que apoyaron a los sublevados. De esta manera, la Guerra Civil pasó al primer plano del escenario internacional. En ella se vislumbraba la pugna entre fascismo, comunismo y democracia.

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