Castellano y Idioma español
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VARIEDADES GEOGRÁFICAS DEL ESPAÑOL: LOS DIALECTOS DEL CASTELLANO (2)
1. Concepto de “dialecto” Los dialectos no son variedades de lengua perfectamente definidas ni en su sistema lingüístico ni en el territorio que ocupan. No existen dialectos como tales, sino fenómenos lingüísticos diversos con distintas distribuciones geográficas que tienen sus propios límites (isoglosas), y que se superponen unos a otros. Por tanto, se puede definir dialecto como “un conjunto de hablas definido de manera imprecisa por una serie de peculiaridades lingüísticas que se extienden de manera normalmente irregular en una zona geográfica.
”
2. Diversificación dialectal del castellano
Las variedades dialectales del castellano se suelen repartir en dos zonas geográficamente claramente diferenciadas: la zona española, que incluye Canarias, y la zona americana, llamada el español de América. Pero si atendemos al sistema lingüístico, y considerando las influencias y rasgos comunes, habría que considerar Andalucía, Canarias y América una gran zona dialectal caracterizada por su tendencia innovadora en lo fonológico, frente al norte peninsular, de tendencia más conservadora. Entre ambas se extiende una franja en el centro de la Península con variedades dialectales intermedias.
3. El castellano del norte peninsular
Los rasgos que lo definen, frente al del sur y el español de América, son:
* La distinta pronunciación de los fonemas /s/ y /Ө/ (casa / caza).
* La pronunciación no aspirada de la /s/ final de sílaba.
Ocupa el área geográfica donde nacíó el castellano y la de su primera expansión (S. XII), y las zonas por las que se extendíó al este y al oeste: antiguos reinos de León y Aragón, Galicia, País Vasco y Cataluña. No es, por tanto, una variedad homogénea, sino que presenta múltiples peculiaridades según las zonas:
* Variedad norteña central – Se extiende desde Cantabria hacia el sur, por la Alcarria y Madrid hasta La Mancha. Son sus rasgos:
* Leísmo de persona (a Mario le vi ayer)
* Laísmo (la di un regalo)
* Relajación de la “d” intervocálica, sobre todo en el sufijo “-ado”
* Pronunciación fuerte de la “d” final (/verda Ө/)
* En usos descuidados, utilización del infinitivo como imperativo, y adición de una “s” en la 2ª< persona del singular (“vinistes”).
* Variedad oriental o aragonesa – Las variedades proceden del contacto con la lengua navarroaragonesa, y de una cierta evolución autónoma. Son sus rasgos:
* Entonación ascendente y alargamiento de la vocal final
* Tendencia a pronunciar como graves las palabras castellanas esdrújulas.
* Empleo de “pues” al final del enunciado como apoyo idiomático.
* Uso de pronombres de sujeto como término de preposición (“Te has olvidado de yo”)
* Uso del diminutivo “-ico”.
* Variedad occidental o leonesa – En las zonas de mayor contacto con el asturleonés se habla con variantes más acusadas. En Asturias ha sido más acusada la influencia de las variantes conocidas como “bables”, pero también se encuentran influencias en algunas zonas de Salamanca o Cáceres. Sus rasgos fundamentales son:
* Tendencia a cerrar las vocales finales –e y –o (Mediu, les cases).
* Posposición de pronombres átonos (Acuérdome ahora…)
* Utilización de verbos intransitivos como transitivos (Has caído el jarrón).
* Apócope de la “e” final en formas verbales (Ya sal la luna)
* Uso de la negación “non”
* Diminutivos con –ín, -ino, -ina.
* El castellano en las zonas bilingües – El contacto con el catalán, gallego y vasco en las zonas bilingües hace que el castellano adopte una forma peculiar: lo que conocemos como “acento”. Así, por ejemplo, un hablante de origen catalán pronunciará la “d” final como /t/, o tendrá tendencias al dequeísmo; un hablante de origen gallego se distingue por reducir los grupos consonánticos cultos (“perfeto” por “perfecto”), o por emplear únicamente el pretérito perfecto simple; y un hablante de origen vasco o navarro, aparte de tener mayor tensión articulatoria, empleará condicional donde la norma elige imperfecto de subjuntivo (“Si vendrías” por “Si vinieras”).