El Camino a la Libertad en España: Transición y Consolidación

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La Transición Española a la Democracia (1975-1982)

1. El Fin del Franquismo y el Inicio del Cambio (1975-1977)

Con la muerte de Franco en 1975, se inicia la Transición democrática, un periodo crucial que abarca desde la muerte del dictador hasta la victoria electoral del PSOE en 1982. La proclamación de Juan Carlos I como Rey, el 22 de noviembre de 1975, marcó un punto de inflexión. A pesar de haber sido designado por Franco, el monarca se mostró a favor de la democratización del país.

Diversos factores facilitaron la Transición:

  • La caída de otras dictaduras europeas.
  • Los cambios socioeconómicos y culturales desde los años 60.
  • El apoyo a la monarquía.
  • El consenso entre las diferentes fuerzas políticas.

Sin embargo, también existieron obstáculos:

  • La resistencia de la extrema derecha (el "búnker").
  • El terrorismo de extrema izquierda (GRAPO) y de ETA.
  • Las tensiones sociales.

Durante este periodo, España tuvo tres presidentes de gobierno: Arias Navarro, Adolfo Suárez y Calvo Sotelo. Arias Navarro, quien ya era Jefe de Gobierno desde 1974, implementó reformas tímidas, lo que provocó descontento en la oposición. Su dimisión en julio de 1976 dio paso al nombramiento de Adolfo Suárez.

Suárez, a pesar de su pasado franquista, impulsó el desmantelamiento del régimen. Concedió amnistía a los presos políticos y promovió la Ley de Reforma Política, aprobada por referéndum en 1976. Este hito transformó las Cortes franquistas en un Congreso de Diputados y un Senado elegidos por sufragio universal.

El terrorismo marcó los meses siguientes. El atentado contra los abogados laboralistas de Atocha, en enero de 1977, fue uno de los episodios más trágicos. En ese mismo año, se legalizaron los partidos políticos, incluido el PCE, y se celebraron las primeras elecciones generales, en las que triunfó la Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Suárez.

2. La Consolidación de la Democracia (1977-1982)

El gobierno de Suárez se enfrentó a tres grandes retos: la crisis económica, la elaboración de una Constitución y la cuestión regional. Para abordar la crisis económica, se firmaron los Pactos de la Moncloa en 1977, un acuerdo entre el gobierno y los partidos políticos que incluía medidas como la devaluación de la peseta, el control del gasto público y una reforma fiscal.

En 1978 se aprobó la Constitución, tras intensos debates sobre temas como la pena de muerte, el aborto y la libertad de enseñanza. La Constitución definió a España como un Estado social y democrático de derecho, reconociendo los derechos y libertades fundamentales, la división de poderes y el derecho a la autonomía de las regiones.

Tras la aprobación de la Constitución, se celebraron nuevas elecciones en 1979, en las que la UCD volvió a ganar, pero con una mayoría más reducida. La crisis interna del partido llevó a la dimisión de Suárez y a su sustitución por Leopoldo Calvo Sotelo.

El 23 de febrero de 1981, el coronel Tejero intentó un golpe de Estado (23-F). Calvo Sotelo logró controlar la situación y continuó con la Transición. Durante su mandato, España ingresó en la OTAN, un paso previo para la entrada en la CEE, a pesar de la oposición del PSOE.

En 1982, Calvo Sotelo adelantó las elecciones, que dieron la victoria al PSOE, liderado por Felipe González. Este triunfo marcó el final de la Transición y el inicio de una nueva etapa en la historia de España.

3. La Integración en Europa y la Consolidación Internacional

El ingreso en la CEE y en la OTAN fueron claves para la consolidación de la democracia española. En 1982, España se unió a la OTAN, a pesar de la oposición inicial del PSOE, que cambió de postura tras llegar al poder. En 1986, España se integró en la CEE, lo que supuso un impulso para la economía y el reconocimiento internacional de la democracia.

4. El Diseño Constitucional y el Estado de las Autonomías

La Constitución de 1978, elaborada por consenso entre los partidos políticos, fue un hito fundamental de la Transición. Definió el nuevo modelo de Estado, basado en la división de poderes y el reconocimiento de las autonomías. El proceso autonómico se desarrolló en dos etapas: primero, se concedieron preautonomías a las regiones históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia); después, se reguló definitivamente el sistema autonómico en la Constitución, reconociendo el derecho a la autonomía de todas las regiones.

5. Conclusiones

La Transición española fue un proceso complejo y exitoso que permitió el paso de la dictadura a la democracia de forma pacífica. La figura del Rey, la Constitución de 1978 y el consenso entre las fuerzas políticas fueron elementos clave para lograr este objetivo. La integración en Europa y la consolidación del Estado de las Autonomías completaron el proceso de modernización del país.

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