Que usos se da a las especies vegetales propias de la garriga y del bosque perennifolio

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El paisaje vegetal del clima mediterráneo


La vegetación mediterránea (durilignosa) que tiene dos formaciones la durisilva (bosque) y la durifructiceta (sotobosque).

Es la región floral mediterránea que  tiene como formaciones vegetales características aquellas que se han adaptado muy bien a la sequía estival mediante diversos sistemas: el  desarrollo de raíces muy extendidas en superficie o profundidad para captar el agua y con hojas perennes y esclerófilas con variados sistemas para disminuir la transpiración.

Las formaciones vegetales que aparecen son: el bosque perennifolio, que está  formado por árboles de mediana altura, con troncos no rectilíneos, de corteza gruesa y rugosa, cuyas ramas crean copas globulares y amplias, que proyectan sombra para mitigar la insolación y la evaporación y que no pierden la hoja al llegar el otoño.

Las especies más características son: la encina, que es el árbol más característico y extendido del clima mediterráneo. Es resistente a la sequía y se adapta a todo tipo de suelos. Su madera, muy dura y resistente, se empleaba tradicionalmente para la elaboración de ruedas, utensilios...y su fruto, la bellota, para alimentar el ganado. Se localiza en zonas de Sierra Morena, Extremadura y la Sierra de Guadarrama.El alcornoque, que necesita inviernos suaves, cierta humedad y suelos silíceos, por lo que se concentra en el suroeste peninsular y en sectores del sur de Andalucía de Cádiz a Málaga, al noreste de Cataluña y en Castellón. Su madera, muy dura, se aprovecha para la realización de toneles y barcos, y su corteza, para la obtención de corcho. Y por último, el pino es una formación vegetal secundaria que se adapta a condiciones extremas de frío, calor, humedad y aridez, así como a suelos diversos. Se ha extendido por amplias zonas gracias a la actuación humana y su rápido crecimiento.

El bosque perennifolio, también se ha visto mermado en su extensión debido a su sustitución por otras especies y los incendios. Actualmente se trata de conservarlo mediante el sistema de dehesas (consiste en aclarar el bosque de encina y alcornoque y combinar el aprovechamiento de su fruto, leña y madera con la agricultura y ganadería.
Y la otra formación vegetal es el matorral que no es una formación clímax, sino el resultado de la degradación del bosque por el ser humano. Presenta tres tipos característicos: la maquia, es densa, casi impenetrable, de más de dos metros de altura e integrada por matorrales como la jara, el brezo, el lentisco y la retama; la garriga, con arbustos de poca altura que dejan zonas sin cubrir donde aparece la roca y donde destacan el tomillo, el romero y el espliego y por último la estepa, situada en la zona semiárida del sureste peninsular y destacan el palmito, el tomillo, el espartal y el espárrago.

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