Renacimiento

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-Durante el siglo XVI se desarrolla un movimiento cultural y artístico que supone una nueva concepción del mundo y del hombre: el Renacimiento. Con la literatura renacentista se inicia en España el período conocido como Siglos de Oro (XVI y XVII).

 

Transformaciones del siglo XVI

El siglo XVI es una época de profundas transformaciones políticas, sociales y culturales. Por una parte, se consolidan las monarquías europeas, que dan origen a los Estados nacionales. Por otra, la burguesía continúa adquiriendo una importancia creciente con el desarrollo de la vida urbana y el incremento del comercio.

En el siglo XVI, España se convirtió en la primera potencia europea. Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598) reinaron sobre un vasto imperio que se extendía por Europa y la recién descubierta América.

  • El reinado de Carlos I estuvo marcado por distintas guerras que tenían por objeto mantener su hegemonía en Europa, frenar la expansión turca y preservar la autoridad del Papa frente a la reforma de Lutero. Esos conflictos tuvieron como efecto un progresivo endeudamiento de la economía española. Las relaciones diplomáticas que se desarrollan en este período, así como la generalización del uso de la imprenta, favorecen la difusión de las ideas y la influencia italiana en las letras españolas.

  • Durante el reinado de Felipe II, la crisis se agudizó. España se vio nuevamente envuelta en diversas guerras, que minaron los recursos económicos del país. Además, el rey se erigió en defensor de las tesis del Concilio de Trento, convocado para poner freno a las ideas de Lutero, y cerró el país a toda influencia cultural procedente del exterior. Se inicia así la Contrarreforma.

La mentalidad renacentista

Mientras en la Edad Media se consideraba que Dios era el centro del universo y se concebía la existencia terrena como el camino para conquistar la vida eterna, en el Renacimiento se sitúa al hombre en el centro del mundo, al que se considera, con una actitud vitalista, un lugar de goce, digno de ser vivido.

Surge también un nuevo modelo de persona: el ideal del «cortesano», tan experto en las armas como en las letras, descrito por el humanista italiano Baltasar de Castiglione.

La confianza en el poder de la razón hace de esta época de grandes descubrimientos geográficos el punto de partida de la ciencia moderna. La nueva valoración del hombre implica también una reforma de la espiritualidad.

Influencias y renovaciones en la literatura española renacentista

La literatura española recibió durante el Renacimiento la influencia de la literatura italiana y de la literatura clásica grecolatina, y experimentó una renovación en los temas, en las formas y en el estilo.

  • Temas. Se reelaboran los mitos clásicos, y el amor y la naturaleza reciben un tratamiento idealizado. Surge, además, una importante corriente de literatura religiosa con una nueva sensibilidad espiritual que da lugar a dos corrientes: la ascética y la mística. También se aborda, especialmente en la picaresca, la realidad social de la época.

  • Innovaciones formales. Se adopta el verso endecasílabo, propio de la poesía italiana; y con él se empiezan a emplear nuevas composiciones y formas estróficas: el soneto, la lira, la octava real...

  • Estilo. Los autores renacentistas perseguían la sencillez y la claridad expresivas, el equilibrio de formas y la naturalidad.

Humanismo y erasmismo

Durante el Renacimiento triunfa el humanismo, movimiento cultural iniciado ya en el siglo XV que considera al ser humano como la medida de todas las cosas y que recupera el antiguo pensamiento de Grecia y Roma.

El humanista más influyente del siglo XVI fue el holandés Erasmo de Rotterdam (1469-1536), que contribuyó a la difusión de los clásicos y propugnó una espiritualidad cristiana interiorizada.

Sus obras, entre las que destaca el Elogio de la locura, suscitaron gran interés en España, donde se creó un influyente núcleo erasmista durante el reinado de Carlos I, que será perseguido en época de Felipe II.

Géneros y corrientes

En la literatura renacentista española se pueden identificar dos tendencias contrapuestas: por un lado, la idealización de la realidad, que se observa en la lírica italianizante o en la novela de caballerías; por otro, el realismo crítico, que se plasma, por ejemplo, en la prosa de pensamiento y en la novela picaresca.

La prosa de pensamiento, vinculada a la difusión del humanismo, siente predilección por el diálogo. También tienen un papel destacado la prosa histórica, sobre la conquista de América, y los estudios sobre la lengua y la literatura.

En cuanto a la prosa de ficción, la novela experimentó un notable florecimiento: se desarrollan la novela pastoril, la novela corta y la novela bizantina o de aventuras. Pero, sobre todo, destacan dos hitos que determinan el nacimiento de la novela moderna: la publicación a mediados del siglo XVI del Lazarillo de Tormes, obra con la que surge la novela picaresca, y la aparición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, ya en los primeros años del siglo XVII.

 

 

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