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Nódulo tiroideo

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Es una neoplasia (protuberancia) en la glándula tiroides, la cual está localizada en la base del cuello.

Causas

Los nódulos tiroideos son neoplasias de células en las glándulas tiroideas y pueden ser no cancerosas (benignas) o cancerosas ( malignas). Algunos nódulos están llenos de líquidos (quistes), mientras que otros se componen completamente de células de la glándula tiroidea. Algunas veces, lo que se siente como un nódulo realmente es una colección de pequeños nódulos juntos.

Los nódulos tiroideos son más comunes en las mujeres que en los hombres y las posibilidades de desarrollarlos se incrementan con la edad.

Sólo unos pocos nódulos tiroideos son cancerosos. (Ver: cáncer de tiroides.)

Las siguientes características incrementan el riesgo de desarrollar un nódulo canceroso:

No siempre se encuentran las causas de los nódulos tiroideos, pero pueden abarcar:

Síntomas

La mayoría de los nódulos tiroideos son asintomáticos.

Los nódulos grandes pueden ejercer presión contra otras estructuras en el cuello y los síntomas pueden incluir:

Los nódulos que producen hormonas tiroideas provocarán síntomas de hipertiroidismo, incluyendo:

Los nódulos tiroideos se encuentran algunas veces en personas con enfermedad de Hashimoto. Esta enfermedad puede causar hipotiroidismo con síntomas como:

Pruebas y exámenes

Con mucha frecuencia, los nódulos son asintomáticos. Los médicos encontrarán nódulos tiroideos sólo durante un examen físico de rutina o exámenes imagenológicos que se realizan por otra razón. Sin embargo, los nódulos tiroideos que son tan grandes que se sienten durante un examen físico ocurren en pocas personas.

Si el médico encuentra un nódulo o usted tiene síntomas de tener uno, se pueden hacer los siguientes exámenes:

Tratamiento

El médico puede recomendar la cirugía para extraer parte o toda la glándula tiroides si el nódulo:

  • Es canceroso
  • Se cree que está haciendo que la tiroides esté hiperactiva (hipertiroidismo)
  • No se puede diagnosticar como cáncer o no cáncer
  • Causa síntomas como problemas para deglutir o respirar

Los pacientes con nódulos hiperactivos se pueden tratar con yodo radiactivo, lo cual reduce su tamaño y actividad. Sin embargo, en raros casos, el tratamiento puede provocar hipotiroidismo e inflamación de la glándula tiroidea (tiroiditis inducida por radiación). A las mujeres embarazadas no se les debe administrar este tratamiento y las mujeres que están recibiendo tratamiento con yodo radiactivo no deben quedar embarazadas.

La levotiroxina (hormona tiroidea) es un fármaco que inhibe la producción de la hormona tiroidea T4. Un médico puede recetar levotiroxina para tratar los nódulos benignos únicamente en casos especiales.

El único tratamiento recomendado para los nódulos benignos que no causan síntomas y no están creciendo es hacerles un seguimiento cuidadoso. Es posible que sea necesario repetir una biopsia de tiroides de 6 a 12 meses después del diagnóstico. Una ecografía también se puede repetir.

Otros posibles tratamientos incluyen la inyección de etanol (alcohol) dentro del nódulo y la terapia con láser.

Pronóstico

Los nódulos tiroideos no cancerosos no son potencialmente mortales y muchos de ellos no requieren tratamiento, sino únicamente hacerles un seguimiento de control. Los nódulos no cancerosos que sí requieren tratamiento tienen un pronóstico excelente.

El pronóstico para los nódulos cancerosos depende del tipo de cáncer.

Ver también: cáncer de tiroides

Posibles complicaciones

El hipertiroidismo es una complicación común de los nódulos tiroideos no cancerosos.

Las complicaciones del tratamiento pueden ser:

  • Ronquera o cambios en la voz si las cuerdas vocales resultan dañadas durante la cirugía
  • Hipotiroidismo a raíz de la cirugía o la terapia de yodo radiactivo
  • Calcio bajo en la sangre (hipocalciemia) a raíz del hipoparatiroidismo si las glándulas paratiroides sufren daño o son extirpadas accidentalmente durante la cirugía

Cuándo contactar a un profesional médico

Consulte con el médico si siente u observa una protuberancia o masa en el cuello o si experimenta cualquiera de los síntomas de un nódulo tiroideo.

Si usted ha estado expuesto a la radiación en las áreas de la cara o el cuello, consulte con el médico. Se puede realizar una ecografía del cuello para buscar nódulos tiroideos.

Prevención

Se desconoce la razón para la mayoría de los nódulos tiroideos, pero una dieta con suficiente yodo ayudará a prevenir algunos de ellos.

Un nódulo tiroideo es un crecimiento focal que tiene lugar en la glándula tiroides, la cual se encuentra localizada en la región anterior del cuello. El tiroides está constituido por células, llamadas tireocitos, que se agrupan formando folículos que contienen en su interior material coloide. Las células foliculares captan yodo de la circulación para sintetizar hormonas tiroideas (T4 y T3) que devuelven a la sangre para que sean distribuidas por todo el organismo, donde regulan las actividades metabólicas. La función del tiroides se encuentra modulada por la secreción de TSH (una hormona) de la hipófisis, cuyos efectos aumentan el tamaño y la actividad de la glándula. Los nódulos tiroideos pueden presentar un contenido líquido, en cuyo caso se denominan quistes; estar formados por tejido predominantemente celular, o mostrar una estructura mixta sólida y quística. Independientemente de su estructura, los nódulos tiroideos pueden clasificarse de acuerdo a su naturaleza benigna o maligna. También pueden dividirse según la captación que muestren en la gammagrafía en calientes (hipercaptantes), templados (normocaptantes) y fríos o hipocaptantes. Los nódulos pueden ser únicos o, con más frecuencia, múltiples, conformando un bocio multinodular.

Causas.- En la mayoría de casos, la causa de la aparición de nódulos tiroideos no es bien conocida. Cuando se produce una hemorragia focal es frecuente que dé lugar a una formación nodular. Otras veces se deben a una producción excesiva de material coloide. La inflamación circunscrita de un área del tiroides (tiroiditis) puede adquirir morfología nodular. En ocasiones la proliferación celular se acompaña de una producción hormonal exagerada, lo que se conoce con el nombre de nódulo tóxico. En escasas ocasiones (inferior al 10 por ciento) el crecimiento del nódulo se relaciona con una proliferación celular de carácter maligno, es decir, representa una de las formas de presentación del cáncer de tiroides. La hipofunción tiroidea induce elevación de la cifra de TSH que estimula el crecimiento y la función del tiroides en un intento de que recupere la función normal. Este efecto puede aumentar el tamaño del tiroides y dar lugar a la aparición de bocio, fenómeno que habitualmente tiene lugar de forma difusa, pero en ocasiones se producen nódulos. Existe un componente hereditario en el desarrollo de algunos tipos de bocio.

Síntomas.- En la gran mayoría de casos, los nódulos tiroideos no producen síntoma alguno, salvo la posible evidencia de un abultamiento localizado en la región anterior del cuello que no siempre es visible. Cuando su crecimiento es importante, pueden producir efectos compresivos sobre estructuras vecinas, como la tráquea, el esófago o los nervios recurrentes, produciendo dificultad respiratoria, alteraciones de la deglución o afonía. Si son nódulos hiperfuncionantes, pueden dar lugar a hipertiroidismo, en cuyo caso pueden cursar con palpitaciones, nerviosismo, temblor y pérdida de peso. El crecimiento rápido, la consistencia dura y la aparición de ganglios son signos de sospecha de malignidad. Estos datos enfatizan la necesidad de realizar una adecuada aproximación diagnóstica y un plan de seguimiento evolutivo posterior. En los casos excepcionales en los que el nódulo se debe a un carcinoma medular de tiroides, puede ocasionar diarreas

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