Literatura siglo xx

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1. El Modernismo
El Modernismo es un movimiento que reúne y combina rasgos de las tendencias artísticas más importantes del último tercio del siglo XIX (posromanticismo, decadentismo, prerrafaelismo, simbolismo, etc.), y se constituye como el movimiento
cultural y literario más importante del cambio de siglo, tanto en Hispanoamérica como en una parte de Europa occidental.
Origen del Modernismo
Entre muchos jóvenes intelectuales y artistas de la época cunde una sensación de malestar por la situación política y social en que viven inmersos, situación ante la cual muestran su desacuerdo y rebeldía, llegando en algunos casos (el cubano José
A este malestar se une el cansancio artístico producido por las formas del Realismo movimiento de carácter eminentemente burgués– y la necesidad de encontrar un nuevo estilo, más poético y refinado, que libere a un tiempo la creatividad y el
En el caso de los autores americanos, además, se da la
necesidad de alejarse ideológica y estéticamente de España y de mirar hacia otros
lugares más cosmopolitas, en un intento por salir del aislamiento y el mutismo
Los comienzos, como siempre ocurre, fueron tímidos y llenos de dificultades.
Pequeños núcleos de escritores, insatisfechos con la época histórica que les había
tocado vivir e insatisfechos también con la estética vigente, se unían buscando
Las miradas se dirigían a Francia donde los enfants
terribles del romanticismo (con Baudelaire y Verlaine a la cabeza) habían desviado
su interés hacia una poesía que accede a la realidad mediante la interpretación de
También los modernistas americanos acudieron a otro movimiento poético gestado
en Francia, el Parnasianismo, para alejarse de la estética realista y para conferir a


JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (Moguer 1881 – San Juan, Puerto Rico 1958)
Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1956, mientras permanecía en el exilio desde su segunda patria, Puerto Rico, donde murió.
La crítica suele dividir su trayectoria poética en tres etapas: sensitiva, intelectual, suficiente o verdadera.

Etapa sensitiva (1898–1915)
En ella predominan las descripciones del paisaje como reflejo del alma del poeta.
Pertenecen a esta etapa Rimas (1902), Arias tristes. Representan esta evolución algunoslibros como Estío (1916), entre otros. También pertenece a ella Platero y yo, fechada por su autor en 1914, se convirtió en la obra más popular del poeta, escrita en prosa poética.
Hacia el final de esta etapa el poeta empieza a sentir el hastío de los ropajes sensoriales del Modernismo y preocupaciones relacionadas con el tiempo y la posesión de una belleza eterna.

Etapa intelectual (1916-1936)
Con Diario de un poeta recién casado, se inicia esta nueva etapa en la obra de Juan Ramón. Este poemario surge como fruto de su viaje a América. En el Diario, Juan Ramón experimenta con los temas y las formas, y abre una nueva corriente poética, que será explotada por algunos miembros de la Generación del 27.
En otro libro, Piedra y cielo (1919), el tema central es ya la creación poética: la poesía como actividad, el poema como objeto artístico y el poeta como dios-creador de un universo nuevo.

Etapa suficiente o verdadera (1937–1958)
Pertenece a ella todo lo escrito durante su exilio americano. Juan Ramón continúa su introspección en busca de la belleza y la perfección. Aunque no existe en ellos conciencia

Entre las principales características que definen a esta generación, pueden destacarse:
La postura antirromántica, alejada de todo sentimentalismo y del culto al individualismo

El intelectualismo de los hombres de esta generación, como consecuencia de lo anterior.

- El interés por las cuestiones políticas y sociales desde posturas reformistas liberales, lo que lleva a algunos intelectuales a participar activamente en política.
- El ideal del arte puro, deshumanizado (sin referencias al hombre), como simple juego estético.

- La creación de un arte para minorías (elitista). Amén de una enorme producción de carácter científico (historiografía, filología, filosofía, etc.), los hombres del 14 realizaron una gran labor literaria.

La denominación del grupo se debe a la conmemoración,
en el año 1927, del tercer centenario de la muerte de Góngora, lo que reunió en el Ateneo de Sevilla a un grupo de escritores, admiradores todos del gran poeta cordobés.
Aunque cada miembro del grupo posee una personalidad literaria muy definida y distinta de los demás, pueden señalarse varios rasgos comunes a todos ellos:
El magisterio de autores de la generación anterior, como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado o Pablo Neruda, y de otros más jóvenes, como Ramón Gómez de la Serna.
b) La colaboración permanente en revistas literarias (Revista de Occidente, Litoral, Carmen, Cruz y Raya, etc.).
c) La influencia de algunas de las vanguardias europeas en sus obras (por ejemplo, el Surrealismo en Lorca o Aleixandre, el Creacionismo en Diego, etc.), y también de otras corrientes como la "poesía pura" (de Juan Ramón Jiménez).
d) La mezcla entre intelectualismo y sentimentalismo, entre deshumanización y humanismo en el arte, entre lo cosmopolita y lo popular, en definitiva, entre lo tradicional y lo nuevo.
e) El afán de renovación del lenguaje literario, lo que les lleva a ensayar formas nuevas que se complementan con otras formas tradicionales (por ejemplo, el uso del verso de romance junto al verso libre).

En los años cincuenta se produce una transformación en la literatura propiciada por los cambios socioculturales de la época. Aparece una nueva generación de escritores, cuyas preocupaciones vitales y estéticas irán más allá de las de sus

Influidos por las corrientes europeas de “literatura comprometida” (Jean Paul Sartre),

los temas recurrentes en la obra de estos nuevos escritores serán las condiciones sociales en que vive inmerso el país, con una actitud testimonial y de denuncia; junto a ello, la preocupación estética – de carácter netamente realista- disminuirá en favor del contenido de las obras. Este período será conocido en literatura como realismo social y a sus autores se les agrupará en la denominada Generación del cincuenta o
Algunos autores y obras representativos son:
• En novela: Rafael Sánchez Ferlosio con El Jarama (1956); Jesús Fernández Santos con Los bravos (1954); Ignacio Aldecoa con su trilogía social compuesta por El fulgor y la sangre (1954), Con el viento solano (1956) y Gran sol (1957); Carmen Martín Gaite con Entre visillos (1958); Juan Goytisolo con Juego de manos (1954) y Duelo en el paraíso (1955).

• En teatro: la tendencia hacia el realismo social tiene como representantes a Antonio Buero Vallejo con Hoy es fiesta (1956) y Las cartas boca abajo (1957); Alfonso Sastre con Escuadra hacia la muerte (1953); José Martín Recuerda con El teatrito de don Ramón (1959)


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