Hume. el emotivismo moral

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HUME: EL EMOTIVISMO MORAL: La teoría moral de Hume es una parte esencial del proyecto de construir un saber sobre la naturaleza. En su teoría del conocimiento Hume distingue entre dos tipos de impresiones, de sensación, por las que conocemos las cualidades de los objetos externos; y de reflexión, por las que se hacen evidentes los estados de conciencia. Pues bien, las pasiones son impresiones de reflexión que derivan de impresiones de sensación o de ideas. Se trata de percepciones de nuestras experiencias internas. Hume distingue entre pasiones directas e indirectas.

Las directas provienen de impresiones de placer y dolor originándose de modo natural (la esperanza, la desesperanza, el temor, etc.) Las indirectas, por su parte, provienen no sólo del placer y el dolor, sino también de otras cualidades como la simpatía. Surgen por la comunicación entre personas. Por ejemplo: orgullo, humildad, ambición, generosidad, amor, odio, etc.

Hume afirma que las acciones humanas están determinadas al igual que los hechos naturales y que la libertad sólo existiría como ausencia de coacción o violencia a la hora de actuar, pero no como espontaneidad (independencia de causas externas) ni como autodeterminación hacia un fin.



Pero, ¿Cuál es el papel que le otorga Hume a la razón con respecto a las pasiones? Para Hume lo único que mueve a obrar al ser humano es la pasión ya que nos insta a desear o rechazar un objeto en función del placer o dolor que produce. Pero esto no significa que se arroje de la escena moral a la razón ya que los impulsos pasionales deben estar orientados por la razón

Por otra parte, la ciencia moral para nuestro autor deberá determinar qué debemos hacer para conseguir el bien y la felicidad.

Por tanto, si excluimos a la razón sólo quedarán las pasiones como fundamento de los juicios morales. Estos juicios son sentimientos de aprobación o desaprobación que se forman en la mente cuando se reflexiona sobre las impresiones o ideas que representan las acciones a las que se refieran.

Hume mantuvo que este sentimiento moral no es algo cambiante y relativo, sino una cualidad universal del alma. La virtud y el vicio, pues, no son cualidades de las acciones, sino percepciones de la mente, algo similar a las cualidades de los objetos físicos que también eran subjetivos (color, sonidos, etc.

 Hume concedió, por otra parte, un papel fundamental a la simpatía, cualidad del ser humano que le impulsa a compartir y comprender las inclinaciones y sentimientos de los otros.

Hume se adelantó así a las teorías utilitaristas de Bentham y S. Mill que estimaban el valor moral de una acción en función de un criterio: la mayor felicidad para el mayor número. 

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