Hume | Contexto

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Este fragmento pertenece al primer volumen de su obra “Tratado sobre la naturaleza humana”, escrita en 1739. Este volumen pasó a llamarse en 1748 “Ensayos sobre el intelecto humano” y diez años más tarde se le cambió el nombre por “Investigaciones sobre el intelecto humano”. Por otra parte el segundo volumen fue escrito también en 1739, y el tercero, que habla sobre la moral, en 1740; y en 1751, fue nombrado “Investigaciones sobre los principios de la moral”. El subtítulo del Tratado supone una declaración de principios, pues dice Hume que intenta introducir el método experimental (el usado por Bacon) de razonamiento en los argumentos morales. Éste será el proyecto empirista. Otras obras de Hume son “Discursos políticos”, “Historia natural de la religión”, “Diálogos sobre la religión natural” e “Historia de Inglaterra”.
En el siglo XVII, Inglaterra vivía una situación muy distinta a la que se vivía en el continente europeo, ya que surgieron en las islas unas tendencias antiabsolutistas y liberales, en las que el Parlamento se vio reforzado gracias al apoyo de la burguesía. Durante el reinado de Jaime I de Inglaterra comenzó la oposición parlamentaria que continuó con el reinado de su sucesor Carlos I, con el que se agravó el alejamiento entre el Parlamento y la monarquía. El Parlamento presentó una Petición de Derechos a la que el rey hizo una demostración de fuerza aboliéndolo. La consecuencia de esto fue una Guerra Civil, que acabó en 1649 con la ejecución del rey Carlos y la proclamación de la República.
En 1660, la caída de la República tras la muerte de Cromwell provocó la restauración de la monarquía de los Estuardo, pero los parlamentarios llamaban como rey a Guillermo III de Orange, cuya llegada es conocida como la Revolución Gloriosa, que supuso el paso de una monarquía absoluta a otra parlamentaria y constitucional.
La respuesta filosófica a esta situación fue el nacimiento del Empirismo, una corriente que decía que la razón estaba supeditada y limitada por los datos sensoriales, es decir, por la experiencia. Los precedentes del Empirismo los encontramos en Guillermo de Occam y en Francis Bacon: Occam afirmaba que el conocimiento está en la experiencia del particular, individual y concreto, no en el universal, ya que racionalmente sólo podemos hablar de las cosas concretas de las que tenemos experiencia, pues son las únicas que conocemos; mientras que Bacon se basa en el método inductivo, que parte de la observación exhaustiva y metódica de hechos particulares, y considera que es el único camino para asegurar el conocimiento.
Hume supone la culminación del Empirismo iniciado por Locke, del que adoptó algunos de sus principios básicos, como por ejemplo, el afán de depurar el conocimiento de todo prejuicio y superstición. Por otra parte, también recibe influencias de otros empiristas, como Hobbes o Berkeley, y de algunos ilustrados, como Diderot, D’ Alembert, Voltaire y Rousseau, pues Hume es el representante británico de la Ilustración, que también se estaba dando en el resto de Europa.
Este empirismo radical de Hume lo condujo al escepticismo y fue duramente criticado y rechazado. También tuvo efectos positivos, ya que ayudó a tener una posición más crítica y coherente respecto a las supuestas capacidades y posibilidades humanas del conocimiento. Kant, que adoptaba una posición más racionalista, llegó a decir que Hume consiguió despertarlo de su sueño dogmático, y es él el que hace una síntesis entre ambas corrientes.

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