El balance: sus clases

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El balance: sus clases.
El balance, junto con la cuenta, constituyen los 2 elementos conceptuales de la contabilidad, por lo que es evidente que será necesario conocer el funcionamiento de ambas.
La
cuenta supone la representación de cada elemento patrimonial.
El
balance (de situación) es la imagen fiel del conjunto de todos los elementos patrimoniales que en un momento determinado posea una empresa. Así pues, representa a la unidad económica como un todo y no a cada una de sus partes por separado, que estarán representados en la cuenta.
De esta forma, si queremos conocer la situación de un elemento patrimonial en un momento determinado utilizaremos la
cuenta, que se dice que es el agregado contable mínimo de máxima homogeneidad.
Si lo que queremos conocer es la situación global de una empresa, también en un momento determinado, acudiremos al
balance, que se dice de él que es el agregado contable máximo de mínima homogeneidad.
Existen distintos
tipos de balance, pero nosotros nos vamos a centrar en los más utilizados, que son 3: el balance de sumas, el balance de sumas y saldos (o de comprobación) y el balance de situación.
Balance de sumas. Consiste en relacionar todas las cuentas que representan el patrimonio de una empresa en un instante de tiempo concreto consignando o detallando sus respectivas sumas deudoras o acreedoras, incluso aquellas que en el momento de su elaboración estén saldadas. En definitiva, es una relación de todas las cuenta que han intervenido en el desarrollo registral, indicándose en él las sumas de debe y haber de las mismas. Además de ello veremos que, al realizar este balance, deberá cumplirse que la suma del debe de todas las cuentas ha de coincidir con la suma del haber de todas ellas; y además, el total arrojado por el balance que estamos considerando debe coincidir con el total del Libro Diario; es decir, la suma del debe es igual a la suma del haber y éstas, a su vez, a la suma del Diario. Tal coincidencia demuestra que todos los asientos del Diario se han reflejado convenientemente en el Mayor, y por los mismos valores.
Normalmente delante de esas 3 columnas tendríamos otras 2: una para indicar el
número de folio en el Mayor y otro para el código de la cuenta.


Balance de sumas y saldos (o de comprobación). Este es una continuación del anterior y el más utilizado de los estados intermedios. Es un documento que refleja todas las cuentas del libro Mayor indicando para cada una de ellas las sumas del debe y del haber de cada cuenta y los saldos de cada una de ellas. La periodicidad de los balances de comprobación es variable de unas empresas a otras. Pueden elaborarse mensualmente, semanalmente e incluso a diario, aunque, según el artículo 28 (ó 18) del C. de c., al menos trimestralmente se transcribirán los balances de sumas y saldos al libro de Inventario y Cuentas Anuales
Este balance se elabora sin tener en cuenta en el mismo las operaciones de regularización, cálculo de resultados y cierre de la contabilidad.
Balance de situación. Tiene su origen en el balance de comprobación una vez reguladas las cuentas que proceda y obtenido el resultado, y una vez hecho esto proceder a la ordenación adecuada, tiene dos partes:
La
estructura económica que corresponde con el activo.
La
estructura financiera que incluye el pasivo y el neto.
Estas dos
partes tienen que estar siempre en equilibrio, de forma que los activos (bienes y derechos de cobro) que tenga la empresa en un momento determinado tiene que coincidir con las fuentes de financiación propias y ajenas, teniéndose que dar, por tanto, la igualdad de que el activo es igual al pasivo más el neto.

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