Comentario de texto histórico: Desamortización de Mendizábal

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Desamortización de Mendizábal.

El texto ante el que nos encontramos es un documento histórico de carácter político, jurídico y económico, el fragmento es una minuta del decreto escrito por Juan Álvarez y Mendizábal que era el jefe de Gobierno, pocos meses después de los acontecimientos revolucionarios del verano de 1835, en Madrid y publicado el 21 de febrero de 1836, año en que se forzó la dimisión de Mendizábal, en la Gaceta de Madrid. Este texto va dirigido a la regente Mª Cristina (regencia hasta 1940) durante la minoría de edad de su hija y en él se explican los motivos del proceso desamortizador.

 

El tema principal de este decreto es explicar los objetivos de la desamortización. La idea principal es que vender los bienes propiedad del Estado es cumplir una promesa y reducir la deuda nacional. También hay algunas ideas secundarias como que la desamortización ayudará al desarrollo económico y a conseguir el deseo de propiedad. También identificaría a la población con la monarquía de Isabel II como símbolo de orden y libertad.

El problema histórico en el que se ambienta es la aprobación y realización de la primera gran desamortización eclesiástica, lo cual significaba el comienzo del desmantelamiento del Antiguo Régimen ante el empuje de las fuerzas liberales progresistas.

 

Desamortización: Medidas que pusieron en marcha los gobiernos burgueses liberales para suprimir la amortización, es decir, liberar la tierra de los vínculos jurídicos que impedían su venta para acabar con la estructura de la propiedad del Antiguo Régimen. En España se da en el S.XIX. Arranca con los decretos de las Cortes de Cádiz de 1812, continúa con Mendizábal en 1836, y termina con la desamortización general de Madoz en 1855. Suelen coincidir con momentos en los que los liberales progresistas acceden al poder. Modernizó la estructura de la propiedad en España agravando el problema agrario.

Nación: Puede definirse como la comunidad de hombres que tiene consciencia de los lazos étnicos, históricos y económicos que les unen y viven bajo instituciones políticas comunes. También se emplea como sinónimo de Estado. Se llamará nacionalismo a la ideología o sentimiento que tiende a exaltar la nación. A veces llega a hacer de ello el valor supremo. Un Estado puede incluir varias naciones.

Deuda pública: Los títulos de deuda pública son un mecanismo que tiene el Estado para compensar la diferencia entre gastos e ingresos. Eran títulos que acreditaban que el comprador había prestado al Estado ese dinero y que el Estado devolvería a plazo fijo y con intereses. El Estado recurrió en numerosas ocasiones a este sistema, pero algunos casos exigían una solución más drástica, la desamortización.

 

Este texto se enmarca en el contexto histórico del reinado de la regente María Cristina, una etapa revolucionaria. En esta época se cambia a un Estado burgués parlamentario y en economía a un sistema capitalista moderno. Por debajo subyace el dominio social de una nueva clase dirigente, formada por la burguesía de negocios y la nobleza tradicional.

El 1 de octubre de 1833 Don Carlos reivindicó desde Portugal sus derechos dinásticos dando comienzo así a la primera guerra carlista. En el bando carlista estaban los absolutistas más intransigentes. Desde el punto de vista social, en el carlismo militaban parte de la nobleza y los miembros más conservadores de la administración y del ejército, junto a la mayoría del bajo clero. También les apoyó una parte del campesinado e importantes sectores del artesanado. Una de las razones fue la defensa de los fueros. El bando “cristino” lo formaban los sectores moderados y reformistas del absolutismo, los liberales, la mayor parte del ejército y de los generales y los funcionarios y altas jerarquías de la Iglesia. Se sumaron la burguesía de negocios, los intelectuales y profesionales, las clases medias urbanas, los obreros industriales y el campesinado del sur. Contaron con el apoyo diplomático y militar de Portugal, Inglaterra y Francia y los carlistas con los imperios austriaco, prusiano y ruso.

Los inicios de la guerra (1833-1840) fueron favorables a los carlistas pero fracasaron cuando murió el general Zumalacárregui, aunque estuvieron a punto de tomar Madrid. El general Maroto inició negociaciones con el general Espartero y se firmó el abrazo de Vergara.

En 1833 comienza el reinado de la regente María Cristina, que no era liberal pero necesitaba apoyos y llamó a Martínez de la Rosa que era un liberal moderado. Éste convenció a la regente de la necesidad de una apertura y que los liberales volvieran del exilio.

El Estatuto Real era una carta otorgada donde se regulaba la convocatoria de unas Cortes muy conservadores y elitistas por su composición y por lo limitado del voto. Había dos alas del liberalismo: la moderada y la progresista, que era partidaria de restaurar la Constitución de 1812.

 

El déficit de la Hacienda española es endémico y la enorme masa de bienes vinculados en manos de los estamentos privilegiados era considerada la causa más importante del atraso agrario del país. Los Borbones se negaron a frenar el proceso de acumulación de tierras en manos de los poderosos.

La desamortización de las tierras de la Iglesia constituye la media más llamativa de la revolución liberal y la más importante desde el punto de vista económico y social. La enorme deuda acumulada llevó a la Corona a recurrir a esta desamortización para expropiar los bienes vinculados y ponerlos a la venta para ir eliminando la deuda contraída. Es el primer objetivo de Mendizábal, sanear la Hacienda pública. El primer decreto fue en 1798 y afectó a los bienes de la Iglesia. Hubo varios intentos durante la Guerra de la Independencia y en el Trienio Constitucional frustrados al restablecerse el absolutismo. En 1833 la desamortización se hizo ineludible. La guerra carlista obligó a buscar recursos con urgencia y el clima anticlerical llevó a decretar la exclaustración general y facilitó al Gobierno la decisión. En febrero de 1836 se publicó el decreto de desamortización de los bienes del clero regular, la desamortización de Mendizábal, y así éste conseguía su segundo objetivo, quitarle poder económico y social a la Iglesia. Al principio afectaba a los conventos, en 1841 se incorporó el clero secular. El proceso duró hasta 1845 porque las ventas fueron detenidas por el Gobierno moderado.

Mendizábal quería amortizar la deuda, convertir las tierras en propiedad privada sujeta al mercado y transferirlas a compradores enriquecidos que se verían comprometidos a apoyar al bando cristino, y así intentaba conseguir su cuarto objetivo, que era conseguir adeptos a los liberales. Estableció un método de compra que permitía pagar con títulos de deuda. Las compras resultaron una ganga para los especuladores, pero el tamaño de los lotes y la corrupción impedían a los campesinos adquirir propiedades así que se amortizó sólo una parte de la deuda y una masa de bienes raíces pasó a manos de las clases dirigentes. Siguiendo con las motivaciones de las medidas desamortizadoras, es interesante añadir que entre los objetivos de Mendizábal no figuraba el de la creación de una clase media de propietarios. Al contrario, las condiciones de la venta fueron del todo desfavorables a los antiguos usufructuarios de las tierras del clero.

En 1855 durante el Bienio Progresista se aprobó la desamortización de Madoz, que era una desamortización general mientras que la de Mendizábal solamente era eclesiástica. Se ponían en venta las tierras restantes de la Iglesia y las de los ayuntamientos. Fue mucho más rápido y se amortizó mucha más deuda. Las tierras fueron a parar a manos de los inversores y antiguos terratenientes y se acentuó el proceso de concentración de la propiedad agraria en manos de la oligarquía que perjudicó a los campesinos que habían sido tradicionalmente una fuente de ingresos complementaria. Éstos se sintieron defraudados por los objetivos que tenían los liberales y se alistan en los partidos socialistas y anarquistas como consecuencia. En esta desamortización no se aceptaron los títulos de deuda pública, había que pagar en efectivo.

Ninguna de las dos desamortizaciones llegó a culminarse. La desamortización podía haberse llevado adelante con más rendimiento para el Estado y se podía haber aprovechado para repartir la tierra entre el campesinado iniciando un proceso de reforma agraria.

Como consecuencia de esta desamortización se consolida el régimen liberal, pero no se produjo un aumento significativo de la producción agraria y la propiedad se concentró más, por lo que el escaso desarrollo agrario impidió una profunda revolución industrial.

María Cristina en 1836 forzó la dimisión de Mendizábal. Hubo entonces una insurrección progresista y María Cristina se vio obligada a entregar el Gobierno a los progresistas y a restablecer la Constitución de 1812. El nuevo Gobierno estaría encabezado por José María de Calatrava.

Las Cortes elegidas elaboraron la Constitución de 1837 que proclamaba la soberanía nacional con un poder ejecutivo fuerte y el sufragio censitario. En 1840 se intentó modificar la ley municipal, ya que en 1820 se había aprobado la elección popular de los alcaldes y María Cristina y los moderados pretendían que los alcaldes fueran nombrados por la Corona.

Una nueva insurrección forzó la dimisión de María Cristina que optó por abandonar el país.

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